Partiendo de una antigua construcción, abocada al derribo, transformamos esta casa de pueblo en mitad de la Mancha, en un agradable lugar para descansar y disfrutar de un contacto directo con la naturaleza.

 

Bien es cierto que elevamos la cubierta para dar habitabilidad a la planta primera, y la estructura esta vez si que se encontraba en muy mal estado. Nos obligo a sustituirla integramente y sólamente reciclamos las maderas para hacer refuerzos en los muros y dinteles en las ventanas. Es increible la evolución de esta vivienda:

   

Sobre antiguos muros de tierra, construimos con nuestra solución de doble bloque de termoarcilla y relleno de corcho. La cubierta se construye de madera y corcho y se acaba con la teja original. Las tejas que son necesarias se completan con tejas nuevas que son utilizadas en los ríos. Los acabados se realizan con morteros a la cal, apagada en la obra, y la arena local, de muy buena calidad. La escalera la reconstruimos idéntica a la original pero regularizando las alturas y adaptandonos a las nuevas alturas. Utilizamos cerámica y yeso. El forjado es de rollizos y bovedas de yeso.

Todas las maderas provienen de Cuenca, de la empresa que gestiona el Ayuntamiento. Podéis encontrar el contacto en la sección de enlaces.

Los morteros utilizados se fabricaron con cal viva en polvo apagada en la obra.

 El forjado de planta primera, de rollizo nuevo y boveda de yeso, y los dinteles los hacemos con madera reciclada de la obra.

El forjado de cubierta de madera maciza aserrada cepillada. Acabado con aceite de linaza previa imprimación anticarcoma de Durga.

 

Detalle del umbral de los huecos hechos con ladrillo macizo.

 

 Detalles de la solución de arco y escalera.

 

Vistas de la planta primera. El suelo se niveló con pasta de yeso y corcho acabado con mortero de  cal hidráulica. No es un suelo definitivo pero sirve como base para cualquier suelo ligero.